«Así como los vientos políticos pueden cambiar de derecha a izquierda, la conciencia también puede abrirse al cielo azul del autoconocimiento bajo cualquier administración»
– Eckhart Tolle –
Medir la diferencia del nivel de felicidad entre cada individuo puede ser algo muy subjetivo, sin embargo, se puede diferenciar el nivel de conflicto en la vida de las personas. Del mismo modo ocurre en un país. Hay lugares donde es evidente el nivel de bienestar social o por el contrario su grado decadencia.
Según Joe Dispensa y otros autores del campo de la neurociencia, el mundo exterior de cada ser humano es el reflejo de su mundo interior. Nuestra programación mental puede no solo recuperar la salud y la vitalidad sino también mejorar el paisaje de nuestra vida. Tal vez no existe una forma científica de comprobarlo ya que hay efectos que no pueden ser medidos dentro del nivel de percepción de nuestros cinco sentidos. Pero basta con detenerse a observar ciertos patrones de comportamiento y sus respectivas consecuencias para percibir que aquellos que viven en una queja continua y buscando culpables tienden a tener vidas más erráticas que aquellos que se mantienen positivos y se hacen responsables de sus acciones indistintamente de las circunstancias.
Según Michael Newton, en su libro ‘la vida entre vidas’, absolutamente todo lo que nos sucede es necesario para nuestra evolución espiritual, por más sórdido que un acontecimiento pueda parecer. En muchos casos son elecciones de nuestra misma alma, ya que son lecciones que debemos aprender, a partir de la ley del Karma o tercera ley de Newton: acción y reacción, incluso como consecuencia de nuestros actos en otras encarnaciones.
Es difícil mirarse en el espejo y sentirse responsable de todo lo que sucede en tu vida. La primera vez que tropecé con este planteamiento no me lo tomé muy positivamente, ponerse en el papel de víctima es siempre más fácil. Luego entendí que no sirve de nada ir a darse golpes de pecho en un templo o meditar por horas si al salir a la calle sientes que el mundo entero es tu enemigo. La auto reflexión es una práctica muy valiosa. Enfrentarnos con nuestras propias sombras y hacer ‘limpieza’ cada día nos va transformando progresivamente en una mejor versión de nosotros mismos. Si no, eventualmente la vida te dará el empujón que necesitas para avanzar y ese empujón puede ser muy doloroso.
LO QUE NO APRENDEMOS POR DISCERNIMIENTO LO APRENDEMOS POR SUFRIMIENTO
Si observamos la sociedad en las distintas geografías del mundo podríamos decir que funcionan como un fractal, es decir, el comportamiento ‘geométrico’ de la masa crítica de sus habitantes se repite a nivel macroscópico en el estado general de vida dentro de sus territorios. Por ley de resonancia, los patrones de pensamiento y sentimientos de la mayoría de las personas crean la realidad dentro de sus confines.
Por ello, podría decirse que los políticos son un reflejo del nivel de evolución espiritual de sus países. Son una consecuencia y no una causa. Todo es vibración. Cada persona tiene una frecuencia. El promedio de las frecuencias individuales dentro de un grupo resuena y atrae cierto tipo de situaciones: entre esas sus gobernantes.
Viniendo de un país que fue devastado sistemáticamente por sus gobernantes, siempre tuve esa sensación de ¿por qué a mí? ¿por qué nos tocó esto tan injusto? Tal vez es la lección que teníamos que aprender para poder mejorar tanto a nivel individual como a nivel colectivo.
Alguna vez leí un comentario de Osho respecto a la ocupación del Tíbet, un conflicto que hizo que se desmantelara el laboratorio de meditación más grande del mundo. Obviamente es una situación injusta desde la perspectiva de cualquier persona en su sano juicio ¿cómo es posible que un pequeño país budista pudiera atraer semejante barbarie? Según Osho, todo tiene un por qué. A pesar de haber sido un capítulo muy doloroso en la historia, el exilio del Dalai Lama y muchos monjes tibetanos contribuyeron a que la práctica de la meditación y sus enseñanzas espirituales se extendiera por el mundo, llevando así un conocimiento que estaba contenido en un solo lugar al resto del planeta.
Los venezolanos no somos precisamente monjes budistas pero tal vez hacía falta mostrar nuestro poder de resiliencia, nuestra alegría y nuestra risa a todos los rincones del planeta. A su vez, nuestra gente necesitaba curarse de la estrechez de mente, a pensar y actuar en pro del bien común, así como aprender a comportarse cívicamente y esto solo podía lograrse saliendo a conocer la vida en países más desarrollados.
Las políticas de estado pueden trazar el destino de una nación. Habría que plantearse si esas políticas son más bien el resultado de lo que una nación necesita para su evolución, por más duro que parezca. Indistintamente de sus gobernantes, cada ciudadano puede decidir vivir desde el amor, la tolerancia, la rectitud y el civismo…consecuentemente atraerá lo mismo a su vida.
Swami Vishnu Devananda decía que el punto principal para alcanzar la paz no es el sistema de gobierno o la política que se tenga, sino que cada persona sienta paz en su interior: “si no existe paz interna en todos los individuos de la sociedad, no podrá haber paz exterior”.
”El impulso evolutivo de nuestro planeta no puede ser detenido por políticas, guerras o incluso creencias. A medida que los humanos abandonamos el cuerpo del dolor del ego, estas «condiciones sobre el terreno» se vuelven cada vez más insignificantes”, Eckhart Tolle.
No digo que tenga que ser así, pero es un planteamiento que llama a la reflexión.
¿Te resuenan estas ideas? ¿o crees que los ciudadanos de a pie son víctimas de la política corrupta?