Yamas ¿Códigos Morales o Leyes Universales?

«Estas normas de conducta no están limitadas por la estructura social, la situación, el tiempo o las circunstancias y constituyen un gran voto universal«

– Patanjali –

La meta de Raja Yoga es alcanzar el samadhi o la Superconciencia. Patanjali decía que para hacernos conscientes del Atman tenemos que recorrer ocho etapas o peldaños. Los primeros dos peldaños: Yamas y Niyamas son el fundamento ético de la práctica del yoga.

Yama significa control. Representa el código moral o principios que nos permiten relacionarnos correctamente con el mundo. Consiste en cinco preceptos de restricción de acciones, palabras o pensamientos que puedan causar daño:

  1. Ahimsa: No-violencia.  Significa no causar dolor o sufrimiento a ninguna criatura viviente, en pensamiento, palabra, obra y omisión. Comprende dos partes: la primera es abstenernos de causar dolor y sufrimiento y la segunda es la práctica activa de amor y compasión con todos los seres vivos. Ahimsa es el punto principal de los yamas y los demás principios se deben basar en ella. Los otros yamas y niyamas están para perfeccionar ahimsa. En palabras de la Biblia significa “trata a tu hermano como quisieras que te trataran a ti mismo” (Mateo 7, 12). No-violencia significa amar todo, decía Swami Sivananda:
  • Ahimsa con la tierra, protegiendo el medio ambiente.
  • Ahimsa con la flora, protegiendo los bosques y las selvas.
  • Ahimsa con los animales, lo que incluye no matarlos ni comerlos. En los diez mandamientos hay uno que dice muy claramente “No matar”, sin especificar a quien.
  • Ahimsa con el ser humano.
  • Ahimsa para sí mismo. Cuando te llenas de pensamientos negativos y te vuelves esclavo de los vicios estás aplicando violencia hacia ti mismo. Lo mismo aplica si te sometes al dolor durante la práctica de asanas sin respetar los límites de tu propio cuerpo.

 

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2. Satya: Veracidad. En palabras bíblicas, satya significa no utilizar el nombre de Dios en vano. Si Dios está en todas partes, pensar o sentir algo contrario a la naturaleza de Dios (sat: eterno, chit: sabiduría absoluta y, ananda: dicha) significa no estar consciente de la verdad. Jesús decía “Conoced la verdad y ella os hará libres” (Juan 8, 32). La práctica de satya purifica y da paz a la mente haciéndola capaz de ver la verdad o el Atman. Para establecerse en satya es bueno estudiar las escrituras espirituales clásicas y buscar la compañía de sabios espirituales. Significa también decir la verdad bajo el principio de ahimsa. Si hablar la verdad causa dolor ya no es satya. Siempre, cuando decimos o escuchamos algo debemos hacer el filtro Socrático:

  • El filtro de la veracidad: ¿Es verdad? ¿Estoy totalmente seguro?
  • El filtro de la bondad: ¿Es algo bueno?
  • El filtro de la utilidad: ¿Sirve de algo? ¿Tiene un propósito noble?

Debe haber una correspondencia entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos.

En yoga se dice que una persona que no diga mentiras durante 12 años, todo lo que diga se convierte en realidad. Su palabra se vuelve un decreto. En los los Yoga sutras de Patánjali dice: “Cuando la verdad se establece sólidamente, el yogui obtiene los frutos de la acción sin actuar”.

3. Brahmacharya: Trasmutación de la energía sexual en energía espiritual. Brahmacharya significa la dirección de todos los sentidos, a nivel físico, verbal y mental, hacia Brahman.. No es represión sexual sino canalizar la energía con el propósito de entrar en meditación profunda. El impulso más poderoso en la naturaleza, después de respirar, es la procreación. La energía cósmica que formó a las galaxias y al mundo es la misma energía que vibra en el cuerpo y en la mente. Esta energía vital se manifiesta a nivel físico como energía sexual. La energía sexual se puede transformar en ojas, una energía sutil y espiritual que se conserva en el cuerpo. Brahmacharya muchas veces se traduce como celibato pero celibato no se recomienda para todos puesto que el instinto sexual es muy poderoso y simplemente suprimirlo no es saludable. Ser fiel a una sola persona es el primer nivel de brahmacharya. Se puede practicar teniendo una vida sexual más regulada, evitando el exceso y practicando sadhana (prácticas espirituales), servicio desinteresado y meditación. En los Yoga sutras de Patánjali (2, 38) dice: “Cuando brahmacharya se establece sólidamente, se obtiene una vitalidad vibrante”.

4. Aparigraha: No codiciar. Aparigraha significa superar la ansiedad de poseer objetos y no ser corruptos. Aparigraha (codicia) es la causa real de la ansiedad. Es el deseo de llamar la atención, de la propiedad de otra gente y de recompensa. Está basado en la ignorancia de las leyes de la vida que nos enseñan que somos todos parte de una existencia única y que como consecuencia tendríamos que dar. No quiere decir que tenemos que dar todas nuestras posesiones pero sí que no debemos acumular cosas innecesariamente. Tener demasiadas posesiones crea apegos y esto crea miedo de perderlo, rabia y celos.

Aparigraha también significa no aceptar regalos si traen lujo, corrupción y manipulación. Se puede desarrollar esta yama con la práctica de la generosidad y una vida que esté basada en Karma Yoga: el yoga de la acción desinteresada. Aparigraha lo debemos practicar también a nivel físico, verbal y mental. Swami Sivananda resume este yama en una de sus frases célebres: Vida sencilla y pensamiento elevado. Gandhi decía: “Si retienes algo que no necesitas eres igual que un ladrón”. También decía que no debemos aceptar nada que no alcance para todos.

5. Asteya: No robar. Robar significa coger lo que no nos pertenece e incluye coger el crédito por acciones de otra gente y es el resultado de no practicar aparigraha. El deseo de tener las posesiones de los demás roba la paz mental. Asteya incluye superar la ansiedad y la tendencia de malgastar. Acumular dinero, comer demasiado, malgastar recursos, robar el tiempo de alguien, coger o retener más de lo que es necesario, son todas formas de robar. Robar oscurece la conciencia, trae culpa e incrementa los deseos. Al igual que con los demás yamas podemos refinarnos más, por ejemplo, no robando energía ni tiempo de las demás personas. Lo podemos practicar también cuando, por ejemplo, en una reunión pasan unas galletas evitando coger más de la cuenta para que alcance para todos. En los Yoga sutras de Patánjali (2, 37) dice: “Cuando el no robar se establece sólidamente, el yogui recibe todas las riquezas”.

Swami Sivananda decía que rompemos nuestras piernas espirituales si practicamos raja yoga sin incluir los Yamas y los Niyamas. Practicar ásanas, pranayama, concentración y meditación sin incluirlos es como echarle aire a una colchoneta rota. Para Patánjali, no son aspectos de moralidad sino las leyes del universo. En los Yoga sutras de Patánjali (2, 31) dice: “Estas normas de conducta no están limitadas por la estructura social, la situación, el tiempo o las circunstancias y constituyen un gran voto universal”.

El yoga no se trata solo de aprender y perfeccionar posturas o asanas acrobáticas. Es un camino de perfeccionamiento del Ser que debe comenzar por aplicar estas normas universales tanto dentro como fuera del tapete.

Fuente: Yoga y Ayurveda Para La Paz. Cristina Peláez y Volker Dieze. Colombia 2010.

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